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martes, 19 de febrero de 2019

BRASIL SE UNE AL COMANDO SUR DE ESTADOS UNIDOS


Soldados de las Fuerzas Armadas de Brasil


Por primera vez en la historia un general del Ejército de Brasil se integra al Comando Sur del ejército de EEUU. El anuncio fue hecho el 7 de febrero por el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado.
En su informe dice que Brasil, Chile y Colombia son los países de la región con los que mantiene mayores lazos.
Agrega que Brasil fue el primero en firmar un acuerdo para el uso pacífico del espacio (Space Situational Awareness Agreement), que Colombia es el primer socio latinoamericano de la OTAN y que Chile se ha integrado a través del Anillo del Pacífico a la mayor marina de guerra del mundo.
En su comparecencia en el Senado, el almirante Faller dijo: "Queremos enemigos que nos teman y amigos que hagan alianzas con nosotros", y mencionó seis países que define como "amenazas" a los intereses estadounidenses: Rusia, China, Irán y sus "aliados autoritarios" en la región, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Faller se mostró preocupado con el soporte militar de Moscú a Caracas y los créditos de China destinados a controlar los puertos y fortalecer su presencia en el área de infraestructura, en particular la asociada al canal de Panamá.
En relación a la compra de productos de la empresa de telecomunicaciones Huawei, Faller lanzó una suerte de amenaza: "Si los gobiernos de América Latina y del Caribe continúan usando sistemas chinos de información, nuestra habilidad y capacidad para compartir informaciones estará afectada".
El diario económico brasileño Valor destacó que sectores de Itamaraty, como se denomina a la Cancillería, "mostraron preocupación con la posibilidad de que un cargo en la jerarquía de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos venga a legitimar una eventual intervención militar en la región". El diario empresarial añade que la participación de oficiales brasileños en el ejército de EEUU "colide con documentos aprobados por el Congreso que definen las directrices nacionales que privilegian la actuación multilateral de las Fuerzas Armadas sin prevalencia de una única nación". Se refiere a la Estrategia Nacional de Defensa y el Libro Blanco de la Defensa Nacional.
​​En el mismo sentido se manifestó el excanciller y exministro de Defensa, Celso Amorim. Dijo que el nombramiento de un militar brasileño para desempeñarse como vicecomandante de interoperabilidad el Comando Sur es "impropia e incompatible con la Política Nacional de Defensa" y que servirá para "legitimar una eventual intervención militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe y conferirle a una unidad de aquel país un papel similar al de la OTAN, sin que ningún tratado haya sido firmado con tal objetivo".
Amorim considera el anuncio como muy grave por el momento en que fue realizado, cuando se prepara una intervención en Venezuela. "No estamos ante algo menor", dijo, sino "una función militar operacional, que coloca a nuestro Ejército en una posición delicada, que discrepa, a mi modo de ver, de la concepción de independencia que contienen los documentos citados". Agregó que esta decisión es muy diferente a la participación de oficiales brasileños en operaciones de las Naciones Unidas y que habría que volver al período de la Segunda Guerra Mundial para encontrar una situación similar.
Una semana después del anuncio, el almirante Faller visitó Brasil y se reunió con la plana mayor de las Fuerzas Armadas, incluyendo una visita al astillero donde se debería construir el primer submarino nuclear, cuyo inicio viene siendo retrasado por cuestiones presupuestarias. El tema de Venezuela estuvo entre los asuntos tratados.
Un interesante artículo de opinión de la periodista Maria Cristina Fernandes en Valor, pone las cosas en el lugar exacto. Señala que el miliar designado para ocupar el cargo de subcomandante en las Fuerzas Armadas de EEUU a partir de abril es el general Alcides Faria Jr., actual comando de brigada en Ponta Grossa en el estado de Paraná. Cuando el general brasileño "desembarque en el Fuerte San Houston para asumir sus funciones de subcomandante de las fuerzas armadas estadounidenses, ya se habrán agotado todos los plazos dados por EEUU para que Venezuela acepte los envíos de alimentos y medicamentos".
En caso de una intervención miliar contra Venezuela, esa unidad del Fuerte San Houston será una de las que deberán participar en acciones armadas. En la medida que estamos "ante una acción militar revestida de ayuda humanitaria", la periodista se pregunta: "¿Si el Pentágono envía la orden [de intervenir], qué debería hacer el general brasileño?".
Por supuesto, el Ministerio de Defensa "descartó que la posición brasileña consista en una adhesión a una acción militar en Venezuela, aún bajo un argumento humanitario".
Los militares del gigante latinoamericano se encuentran en una posición muy delicada. Por partida doble.
En primer lugar, son una fuerza destacada en el Gobierno de Jair Bolsonaro, donde ostentan más de cien cargos de confianza en lugares estratégicos dentro del aparato estatal, como los ministerios de Ciencia y Tecnología, Infraestructura, controlan el cuarto banco del país (Caixa Económica Federal) y las empresas Petrobras y Eletrobras, además del ministerio de Defensa y del Gabinete de Seguridad Institucional, de la presidencia y la vicepresidencia. Muchos más que bajo el régimen militar (1964-1985).
Un fracaso de Bolsonaro puede golpear fuertemente su prestigio y credibilidad en la población. Por eso el general y vicepresidente Hamilton Mourao se empeña en tomar distancias de su presidente y de la familia que lo sigue como una sombra, con declaraciones fuera de lugar que le acaban de crear la primera crisis con un enfrentamiento público con el secretario general de la presidencia, Gustavo Bebiano. En Brasil se especula con la renuncia de Bolsonaro y la asunción de Mourao, que le daría más estabilidad al Gobierno.
Banderas de Brasil y EEUU
© AP PHOTO / JULIO CORTEZ
La segunda es que la tradición nacionalista y de independencia de las Fuerzas Armadas está en juego. Ni siquiera durante la dictadura militar hubo un alineamiento automático con EEUU, aunque se consideraban aliados estratégicos que militaban en el mismo campo ideológico contra el comunismo. Pero ahora EEUU es una potencia en declive, ya no es el primer socio comercial de Brasil, que depende de exportar soja y mineral de hierro a China.
Los militares brasileños no parecen sentirse cómodos participando en una acción militar contra un país de la región. No forma parte de su tradición, aunque han auspiciado algunos golpes de Estado. Menos aún pueden permitirse quedar entrampados en una invasión que ellos no decidieron y que tiene a China entre sus objetivos estratégicos. No sabemos cuál será el punto de ruptura, ni cuándo sucederá, pero es evidente que las Fuerzas Armadas están en medio de un equilibrio inestable que las puede llevar a dar pasos sin retorno.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

martes, 12 de junio de 2018

UN ACUERDO INTELIGENTE


Trump dice que Kim "ya está destruyendo sus principales centros nucleares"

Ambos mandatarios acuerdan la "completa desnuclearización" de la península coreana en la cumbre de Singapur

El presidente de EEUU dice que la reunión ha ido "mejor de lo esperado" y el líder norcoreano asegura que "el mundo va a ver un gran cambio"


Adrián Foncillas / Singapur (Enviado especial)
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Kim Jong-un y Trump firman una declaración conjunta tras la reunión en Singapur. /PERIODICO (AP)
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que el líder norcoreano, Kim Jong-un, le manifestó durante la cumbre en Singapur que Corea del Norte que "ya está destruyendo sus principales centros de pruebas nucleares". También ha afirmado que suspenderá las maniobras militares en la península coreana y que está dispuesto a visitar Pionyang en "el momento oportuno". Trump ha hecho estas declaraciones en la rueda de prensa posterior a la cumbre, celebreda en el Hotel Capella, en la isla de Sentosa, Singapur.
La histórica reunión arracó pasadas las nueve de la mañana de un día soleado. Desde la izquierda, Kim Jong-un se acercó con tranco marcial y traje tradicional coreano. Desde la derecha, Donald Trump caminó con la sobriedad de las citas con la historia en traje oscuro y corbata. De fondo, una colección de banderas de ambos países compartían los colores blanco, azul y rojo. Los dos mandatarios estrecharon sus manos con rigor diplomático primero y relajaron después la mueca con leves sonrisas. Es la foto que el mundo ha esperado durante décadas. Además, y más importante que la foto, Trump y Kim han firmado una declaración conjunta que incluye el compromiso de Corea del Norte de avanzar hacia la "completa desnuclearización de la península coreana". En este sentido, Trump ha avanzado que el proceso de desnuclearización empezará "muy rápido".


Un ligero ademán del presidente estadounidense invitó a su homólogo norcoreano a enfilar juntos por el corredor colonial hacia la sala privada. Allí atendieron durante un par de minutos a la prensa. “Vamos a tener una gran relación”, aventuró Trump. “Hemos superado muchos obstáculos hasta llegar hasta aquí”, aclaró Kim. “Va a ser un éxito”, insistió Trump. “Hoy venceremos los viejos perjuicios que entorpecían nuestro camino”, corroboró Kim. 

El ambiente optimista se ha confirmado al final de la reunión de tres horas y media cuando ambos líderes han salido de la sala donde han compartido almuerzo para dar un paseo. "La reunión (con Kim) ha sido realmente fantástica. Ha habido muchos avances. (Ha sido) lo máximo. Mejor de lo que nadie podría haber esperado", ha señalado Trump en unas breves declaraciones a la prensa duranrte el paseo con el líder norcoreano. "Vamos a firmar ahora mismo", ha añadido el presidente de EEUU, sin precisar si se refería a la rúbrica de una declaración conjunta o a otro tipo de documento.
Poco después ambos líderes han procedido a firmar un documento que Trump ha calificado de "muy importante". Por su parte, Kim ha señalado: "Hemos tenido una reunión histórica. Hemos decidido dejar el pasado atrás. El mundo va a ver un gran cambio. Quiero expresar mi agradecimiento al presidente Trump por hacer realidad esta cumbre".

Invitación a la Casa Blanca

El presidente de EEUU tampoco ha ahorrado cumplidos para su homólogo norcoreano. "Estamos desarrollando un vínculo muy especial", ha dicho. "La situación va a cambiar mucho respecto al pasado", ha asegurado. "Ha habido mucho buena voluntad, mucho trabajo y mucha preparación. Estamos muy orgullosos de lo que ha ocurrido hoy". "Hemos tenido un gran día y hemos aprendido mucho el uno del otro y de nuestros países", ha añadido. Cuando le han preguntado qué ha aprendido del dirigente norcoreano, Trump ha afirmado: "Es un hombre con mucho talento y que ama a su país".
Trump ha avanzado que el proceso de desnuclearización empezará "muy rápido" y que ha invitado a Kim Jong-un a la Casa Blanca.  Por su parte, Kim ha reafirmado su compromiso hacia una "desnuclearización completa de la península coreana", según consta en la declaración conjunta que han firmado ambos. El documento no menciona la exigencia estadounidense de una "desnuclearización completa, verificable e irreversible", fórmula que supondría el abandono de las armas y la aceptación de inspecciones, pero sí reafirma un compromiso más genérico.
Trump se ha comprometido a proporcionar "garantías de seguridad" a Corea del Norte en el acuerdo firmado. El documento también establece que el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se reunirá en "la fecha más temprana posible2 con un alto funcionario norcoreano para continuar el diálogo bilateral sobre la desnuclearización. 
Oportunidad de paz
Singapur suponía la oportunidad más sólida para acabar con la enemistad que se remonta a mediados del siglo pasado. Pyongyang ha sido la piedra más pertinaz en el zapato estadounidense. Lo ha intentado todo: se dejó los dientes en la guerra de Corea (1950-1953) para arrancar un empate y después ha alternado el palo y la zanahoria. Obama siempre rechazó la reunión con Kim por entenderla como un premio a sus desmanes.
La cumbre empezó con una reunión de los dos líderes en soledad, sin asesores y sólo con traductores, durante 45 minutos. Era el momento para ese presunto sexto sentido negocial de Trump, que aclaró en la víspera que no necesita estudiar el asunto porque todo depende de la actitud. “Es mi toque, mi sensación. Es lo que hago”, explicó. Si hay acuerdo o no, aseguró, lo sabrá “en el primer momento”.
Las imágenes de los respectivos equipos frente a frente en la mesa despejó el riesgo de que una huida levantisca de Trump. El estadounidense está integrado por el consejero de seguridad, John Bolton, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y su jefe de Gabinete, John Kelly. En el norcoreano destacan la hermana del líder, Kim Yo-jong, y el jefe de la diplomacia, Kim Yong-chol

La reunión ya es un éxito si atendemos a que meses atrás los dos líderes se llamaban “pequeño hombre cohete” “viejo chocho” mientras se cruzaban inminentes amenazas de destrucción masiva. Es un éxito también que Corea del Norte declarase una moratoria de lanzamiento de misiles y pruebas nucleares o que desmantelara su silo atómico. Es un éxito que Trump diera el paso al que sus predecesores no se atrevieron. Pero de esta cumbre se espera que finiquite esa cansina dinámica de tensión-distensión de la que siempre sale Pyongyang en el último minuto a cambio de prebendas. El éxito definitivo radica en enterrar el último fósil de la guerra fría y eso pasa por la desnuclearización de la península que Washington y Pyonyang dicen pretender.
Ambos tienen sobradas razones para la desconfianza. Persisten las dudas de que Corea del Norte quiera desprenderse del instrumento que ha permitido su supervivencia durante décadas. El contexto personal y nacional, sin embargo, permite el optimismo. Kim Jong-un está en su treintena y la tradición dinástica sugiere que morirá en palacio. Es dudoso que quiera afrontar el resto de su vida como un proscrito global y temiendo ataques militares. Parece más atractiva la alternativa de ejercer la tiranía dentro de límites tolerables por Occidente conservando su riqueza y poder. Su paseo nocturno por Singapur como turista y sus autofotos con diplomáticos locales metaforizan esos anhelos de normalidad.   

Promesas reformistas

Influyen también las urgencias económicas. Kim Jong-un llegó al poder aclarando que el bienestar de su pueblo era prioritario y sonó contracultural en la tradición nacional. El líder colocó el desarrollo económico en paralelo al del programa militar y se rodeó de reformistas que copiaron la hoja de ruta china. Ha evitado el colapso que buscaban las sanciones y mejorado la calidad de vida de muchos norcoreanos. Pero algunos juzgan los progresos de demasiado lentos y el país ya no es impermeable a la entrada de DVDs de contrabando que arruinan la versión del paraíso socialista. Un estudio que manejaba Pyongyang décadas atrás sentaba que el bloque soviético cayó cuando el pueblo se dio cuenta que fuera se vivía mejor.
“Kim no busca sólo la foto, quiere que la cumbre funcione. Necesita inversión extranjera y que se levanten las sanciones para mejorar las condiciones de vida de su gente. Está en un punto crítico, tiene que hacer algo con la economía”, señalaba ayer Kim Jiyoon, experta del Instituto Asan de Estudios Políticos, en un panel de analistas en Singapur. “Corea del Norte se ha quedado muy rezagada en el conjunto asiático porque tiene que dedicar todos sus recursos a la carrera militar y Kim Jong-un sabe que debe arreglar eso”, añadía John Delury, profesor de la Universidad Yonsei (Seúl).
Corea del Norte requerirá para su apertura económica del mismo sosiego que disfrutó China tras la visita de Richard Nixon a Pekín en 1972. Los precedentes de Trump empujan al pesimismo: su volatilidad, su apego por la postverdad y los hechos alternativos, la reciente ruptura unilateral del tratado de desnuclearización con Irán y sus alusiones a la receta libia que acabó con Gaddafi derrocado y asesinado no apuntalan la confianza norcoreana. El secretario de Estado, Mike Pompeo, prometió ayer que ofrecerán “unas garantías de seguridad diferentes a las que Estados Unidos ha dado en el pasado”, aunque no las detalló.
Algunos expertos sugieren el compromiso multilateral para vencer el miedo norcoreano a que Trump o futuros presidentes se retraigan. “Las garantías de terceros países tranquilizará a Kim Jong-un. La opción deseable es que participen los integrantes de las conversaciones a seis”, señalaba ayer Shawn Ho, investigador de la Escuela Internacional de Estudios Internacionales S.Rajaratnam. Alude a aquel proceso negociador entre ambas coreas, China, Rusia, Japón y Estados Unidos que la década pasada fracasó por los recelos generalizados.
Los acuerdos de 1994 y 2005 demuestran que es mucho más fácil firmarlos que implementarlos y que las malinterpretaciones y suspicacias esperan en cualquier esquina. La exigencia de Trump de ventilarse en una mañana la desnuclearización ha basculado hacia la comprensión de que serán necesarios años (los expertos hablan de una década) y que lo más urgente en Singapur es forjar los vínculos de confianza. Cualquier acuerdo, sin embargo, deberá incluir aspectos como el listado pormenorizado de los activos nucleares norcoreanos y un calendario para su desmantelamiento. Lo contrario, señalan los expertos, no serán más que declaraciones tan bien intencionadas como vacuas que Kim y Trump venderán a su mercado interno. De todo eso depende que el éxito de ayer no se reduzca a la foto que colme las expectativas de posteridad de los dos líderes más ególatras del planeta.

CHANCHO DEMUELE VIVIENDAS DE PROPIETARIOS,SIN TENER EXPEDIENTE TÉCNICO.....

LLLLL   YA TENEMOS LINEA UNO Y LINEA DOS---LA VIA EXPRESA SUR ES INNECESARIA.......UN CAPRICHO DEL CHANCHO......  LINEA UNO  LINEA DOS METR...